Breve XI
Al principio creyó que su amigo sufría estrés, que aquel tic en la boca, a la altura de la comisura de los labios, era debido a los nervios. Al cabo de los años, aquello parecía un claro trastorno neurológico. Cuando murió supo que solo quería un beso suyo.
Querida Patricia, qué belleza de cuento.
Me quedé imaginando la boca del hombre, las ganas de besar a la mujer, la timidez hecha mueca…lindísimo para narrarlo. Espero escuchártelo alguna vez.
¡Besos!